‘MONO NO AWARE’
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“Mono no aware. O la bella impermanencia” es una invitación a entender la transitoriedad de las cosas, su “Pathos”, con un sentimiento de belleza y finitud que nos hace observar nuestro alrededor de una forma diferente.
La transitoriedad hace referencia a que todo tiene un comienzo y un fin, que nada dura para siempre, aportando una visión a largo plazo: finalmente, todo pasa. La realidad que nos rodea, se encuentra en constante cambio y por eso la quietud y la estabilidad son tan solo una ilusión.
Esta exposición, ideada por Beatriz Rodríguez Riquelme, busca que nos paremos a tomar conciencia de la impermanencia del mundo y a entrenarnos en observar la belleza finita de las cosas.
El término “mono no aware” (物の哀れ) es un concepto básico de las artes japonesas que suele traducirse como sensibilidad o empatía ya que hace referencia a capacidad de sorprenderse o conmoverse, de sentir cierta melancolía ante lo efímero, ante la vida y el amor.
Con esa reminiscencia agridulce que genera saber que las cosas son transitorias, pero en ese estado de lo efímero, conectamos con la realidad de la vida para apreciar de un modo más intenso cada momento, haciendo presente el concepto clásico del Carpe Diem del poeta romano Horacio.
En una sociedad donde existe el culto a lo eternamente bello, es una rebelión defender que el estado de belleza es transitorio y finito.
La exposición ofrece quince obras en las que se ha utilizado una mezcla de técnicas artísticas entre las que destacan la acuarela, el grafito, lápices de colores para resaltar los colores, tinta, acrílicos y guaches (técnica de pintura que se hace sobre papel o cartón con colores disueltos en agua y mezclados con goma arábiga) o pan de oro.
La autora experimenta con el uso de flores y hojas secas que se fusionan entre sí para dar lugar a una colección de rostros femeninos, con trazos dinámicos y orgánicos, donde está presente el amor por la naturaleza de proximidad.
Manchas, brochazos y líneas con vida propia se entremezclan para dar lugar a las ilustraciones que componen la muestra.
En muchas obras, la artista se fusiona con el lienzo y no se sabe dónde comienza el diálogo con lo que vemos y dónde termina el mensaje encerrado que dejó la persona que realizó el trabajo.
Beatriz Ro (@beatriz_ro en Instagram) es una joven de 34 años que comenzó sus estudios artísticos en la Escuela de Arte y Superior de Diseño "Casa de los Picos" de Segovia.
Su amor por dibujar y pintar a cada momento comenzó mucho antes ya que, desde que tiene uso de razón, Beatriz se recuerda en clases de dibujo durante sus extraescolares o haciendo dibujos en los libros. Desde esa época ya sabía que quería estudiar algo relacionado con las artes.
Tras su paso por la Casa de los Picos completó su formación artística licenciándose en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca.
Sus referentes artísticos van desde el Arte Clásico Griego, pasando por el Renacimiento, con artistas como Leonardo o Botticelli. Se confiesa una apasionada del Romanticismo por esa búsqueda del sentimiento, la imperfección, el subjetivismo y una nueva visión de la naturaleza con reminiscencias medievales. El movimiento del Prerrafaelismo también ha influido mucho en su trabajo.
Dentro del panorama artístico actual Beatriz tiene un gusto bastante eclético: James Jean, Carne Griffiths, Shaun Tan, Marco Mazzoni, Benjamin Lacombe, Marija Tiurina o George Bess, entre muchos otros que se quedan siempre en el tintero. También le gustan artistas nacionales como Paula Bonet, Adolfo Serra, Naranjalidad, Laura Pérez o Esther Gili.
Aunque su trayectoria profesional se alejaba del mundo del arte hace poco decidió retomar su vocación de artista y, actualmente, se encuentra terminando el Máster en Grabado y Diseño Gráfico en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de Madrid, compaginando sus estudios con algunos trabajos freelance y el estudio de grado “Estudios ingleses” que une sus pasiones: literatura, historia y filología.